Este aumento de combustible repercute directamente en la actividad primaria del sector vitivinícola. Por un lado el productor debe hacer frente al gasoil de su maquinaria (tractor) y por el otro, impacta en el flete que abona, sobre todo en el período de cosecha. Con un aumento del 17% en el combustible tomando los aumentos de octubre y noviembre acumulados, promediando los $20,20 por litro, los costos asociados a la maquinaria propia (incluyendo el uso de gasoil y mantenimiento) y al flete de cosecha representan el 24,2% de los costos de producción, incrementando su peso casi un 3%, ascendiendo los mismos a $ 20.228 por hectárea. Con este incremento, Argentina se sitúa como segundo país con el precio de combustible más caro de América Latina, superando a Chile y Brasil. A su vez, los combustibles se habrán incrementado un 33% durante el 2017, más que la inflación acumulada. Mientras que el flete por cosecha pasa a costar $ 3.284 por hectárea (sin IVA), representando el 4% de los costos totales. CONCLUSIONES Un aumento del combustible del 17% acumulado como el ocurrido en menos de 2 meses repercute directamente en los costos totales de producción, incrementando estos en más de un 3,5%, pasando el costo por hectárea de $80.721 a $83.586 (sin amortizaciones). El aumento de este insumo impacta directamente en la actividad productiva, siendo un insumo necesario para las labores del ciclo y particularmente en el período de cosecha. Mientras que en el uso de la maquinaria propia y el flete durante la cosecha también repercute el mayor precio del combustible, siendo que estos gastos tienen un peso relativo importante y pasarían del 21,5% al 24,2% de los costos totales de producción. Este análisis se basa en la actividad primaria, sin embargo el aumento impactará también en el resto de la cadena vitivinícola, afectando a los costos de elaboración y comercialización. Esto repercute directamente en la competitividad, por seguir incrementando los costos asociados a la logística, los cuales ya están muy elevados respecto de otros países, haciéndose cada vez más difícil competir en los mercados. Como se ha señalado anteriormente, los costos de logística y operativos en la Argentina están entre los más elevados de Latinoamérica, con lo cual estos aumentos profundizan esta diferencia. fuente ACOVI