Martes 16.04.2024
Actualizado hace 10min.
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    Lula preso o Lula presidente, esa es la cuestión

    En un Brasil que profundiza su incertidumbre política, el futuro del ex presidente pareciera alejarse de las urnas. Fuente NP

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    Buenos Aires (ANP).- La ratificación de la condena por parte de la Corte de Apelaciones de Porto Alegre, y el aumento de la pena a doce años y un mes de prisión para Lula, fue un cimbronazo no sólo para el PT, sino para todo el arco político de Brasil.

    Todo pareciera indicar que hasta octubre los brasileños tendrán un proceso electoral judicializado. Las causas de investigación por corrupción cruzan al actual gobierno y también al PT, por lo que la clase política brasileña deberá pensar sus estrategias de campaña teniendo en cuenta a la Justicia como un factor determinante.

    Hoy en día, la incertidumbre política es tal en Brasil que las opciones parecieran ser Lula preso o Lula presidente. Y la realidad evidencia esta dicotomía. Que el líder del PT aún mantenga el liderazgo en la intención de voto de cara a las presidenciales de octubre próximo es una señal de que no ha habido una renovación de la dirigencia brasileña que permita mostrar “caras nuevas”, ajenas a procesos corruptos o irregulares.

    Las políticas sociales y educativas con resultados satisfactorios durante su presidencia son una carta fuerte para Lula a la hora de demostrar el apoyo popular que conserva, sobre todo en las regiones más pobres e históricamente relegadas de Brasil.

    En definitiva, frente a una dirigencia política tan golpeada por casos de corrupción, con una sociedad que volvió a mostrar indicadores alarmantes de pobreza y hambre; muchos ciudadanos que rechazaron las medidas regresivas de Dilma hace poco, se valen del refrán “mejor malo conocido que bueno por conocer” para dar su apoyo a Lula.

    Que la bolsa de San Pablo crezca 3,7% al cierre de la jornada en que se confirmó la condena a Lula también es un indicio de que vastos grupos corporativos y financieros ven en su candidatura, más cercana a los trabajadores, un potencial peligro a sus intereses. De todos modos, desde el empresariado también hay opiniones encontradas. En el sector industrial paulista, el más pujante del país y otrora asociado a la primer presidencia de Lula -hoy en día es el principal sostén de la presidencia de Temer-, algunos creen que Lula podría ser un presidente pragmático y no un mero “izquierdista” con el cual no podrían negociar. De ganar Lula, algunos piensan que tendría menor margen de maniobra que durante su anterior mandato y se vería obligado a negociar.

    Como respuesta a la ratificación de la condena, rápidamente desde el PT y su aliado el MST aseguraron que no aceptarán la decisión del Tribunal y convocaron para hoy jueves a un plenario nacional. Allí ratificarán la candidatura presidencial de Lula, al frente de su organización política. Al mismo tiempo, convocaron a una huelga nacional y paro general de trabajadores para el próximo 19 de febrero, en apoyo a Lula y rechazo a la decisión de la Corte de Porto Alegre.

    Lo que se viene

    En la decisión judicial se agregaron dos años y medio de cárcel. Lo que elevó la condena fue el hecho de que Lula hubiera utilizado el cargo de presidente para recibir ventajas indebidas. La condena también inhabilita a Lula el ejercicio de cargos públicos por diecinueve años. Pero el ex presidente seguirá en libertad hasta que el fallo sea confirmado o rechazado por el Tribunal Regional Federal. Lula aún tiene el recurso de presentar apelaciones, en dos instancias, y si estos procesos judiciales se demoran podría lograr ratificar su candidatura durante etapa de apelaciones.

    Lo cierto es que la justicia electoral de Brasil decidirá si Lula puede o no candidato presidencial. En el durante, se abren varias incógnitas al interior del PT. Ellos ratificaron no tener otro candidato para las presidenciales más que al propio Lula. Pero en caso que la Justicia confirme la condena, habrá que ver si no proponen otra candidatura y pierden la posibilidad de participar en las elecciones.

    También es incierto el futuro de la alianza de gobierno que hasta el momento mantiene el PMDB -con Temer como principal referente- con el PSDB, quien cuenta con el paulista Geraldo Alckmin como potencial candidato. En los próximos meses se verá si tal asociación de hecho, que los llevó a cogobernar, se mantiene de cara a las elecciones o si cada partido presenta su propio candidato con su programa de campaña.