Jueves 28.03.2024
Actualizado hace 10min.
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    Comunicadores "por las dos vidas"

    Un grupo de periodistas de la provincia, acompañados por locutores y comunicadores institucionales presentaron un petitorio en la explanada de Casa de Gobierno. A favor de las dos vidas se rechaza la ley que se debatirá el próximo 8 de agosto.     

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    Al senador nacional Julio Cobos. A las senadoras nacionales Pamela Verasay y Anabel Fernández Sagasti

    Porque estamos a favor de la vida

    Nosotros, profesionales del periodismo y la comunicación de los medios de Mendoza; y comunicadores institucionales, estatales y privados, de empresas, y organizaciones de toda naturaleza; trabajadores de la comunicación independientes o en relación de dependencia, editores, periodistas, redactores, diseñadores, reporteros gráficos, presentadores de noticias, locutores, publicadores, community managers, columnistas, escritores, poetas, artistas, bloggers, ilustradores, infografistas, profesionales de la comunicación en general, y estudiantes de las carreras de comunicación de las universidades de Mendoza.
    Venimos aquí, a manifestar a los senadores nacionales de nuestra provincia, nuestra oposición a que el Senado apruebe en sesión plenaria el miércoles 8, el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, Expediente 22/18.
    Porque estamos a favor de las dos vidas.
    Motivaciones profundamente humanistas, éticas, y legales, nos mueven a manifestar nuestro rechazo a la ley, que significa -estamos convencidos- la interrupción de una vida, sobre la que nadie tiene derecho.
    Estamos convencidos que la vida empieza con la concepción y los eventos biológicos inmediatos que le siguen, tal como indican las ciencias médicas, y el ordenamiento jurídico argentino y los pactos internacionales de rango constitucional a los que nuestro país adhiere.
    Desde nuestra concepción humanista, la práctica del aborto por fuera de las condiciones ya exigidas en el Código Penal Argentino, constituye un acto criminal, que sesga una vida, y que por lo tanto mata a una persona. No puede entonces la “Interrupción voluntaria del embarazo” ser “un derecho” de persona alguna, sea cual fuere el género y la “persona gestante” de otra vida humana.
    Las numerosas exposiciones en los plenarios de comisiones en el Congreso de la Nación, tanto en Diputados como en Senadores, nos han convencido de la necesidad de cuidar de las dos vidas. Con políticas de salud reproductiva eficientes, detalladas y amplias y sin prejuicios de naturaleza alguna; con educación sexual real, inclusiva, actual; con políticas de Estado en educación y salud y con presupuestos y políticas económicas acordes; es que se puede combatir la práctica del aborto ilegal, motivación –esta última- principal que han esgrimido muchos de quienes apoyan este proyecto, que nosotros rechazamos.
    No aceptamos que la salud de la mujer deba cuidarse eliminando la vida de otro ser humano, que es un ser distinto, una persona diferente, que se alimenta y crece en el cuerpo de su madre.
    Creemos que el aborto clandestino se combate con educación, formación, prevención y acompañamiento de la mujer, de su entorno y sus circunstancias, y con una persecución penal feroz a personas y organizaciones, muchas de ellos relacionados y metidos dentro de los sistemas de salud del país; que hagan del aborto un medio de vida. 
    ¿Cuántos médicos, parteras, enfermeros, obstetras, o simplemente “matronas” hay presos por realizar abortos clandestinos en Mendoza? Ni uno solo, de acuerdo a las consultas que hemos realizado.
    No se puede castigar a los niños por nacer, por las fallas de las políticas de salud, de prevención, de educación, ni mucho menos de la Justicia.
    Abortar voluntariamente sin más, es matar.
    Dice nuestro marco legal:
    “…la Constitución Nacional protege el derecho a la vida de todo ser humano desde el principio de su existencia en la concepción – fecundación hasta su muerte natural, como el primero y principal de los derechos. Reconoce que todo ser humano tiene derecho a la vida, que todo ser humano es persona, que todo niño tiene derecho a la vida desde su concepción – fecundación hasta la muerte natural. El artículo 75 inc. 22 incorpora (en las condiciones de su vigencia y siempre que se respeten las declaraciones, derechos y garantías establecidos en la primera parte de la Constitución y los principios del derecho público argentino), los pactos y convenciones internacionales de derechos humanos que, en las condiciones establecidas, gozan de jerarquía constitucional, que así lo reconocen. Entre ellos, la Declaración Americana de los Derechos del Hombre (art. 1); la Declaración Universal de Derechos Humanos (art. 6), la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica) ratificada por Argentina según Ley 23.054 en1984 (arts. 1.2, 3 y 4) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (arts.  6.1. y 16), reconocen expresamente que todo ser humano, sin distinguir que sea embrión, niño, adolescente, adulto o anciano, es persona y tiene derecho a la protección de su vida en todas las circunstancias”. 
    “…el Código Civil y Comercial de la Nación en su artículo 19 reconoce como persona a todo ser humano desde el principio de su existencia en la concepción – fecundación hasta su muerte natural”.
    Los párrafos precedentes, fueron el principal sustento de la carta de abogados mendocinos en contra del proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
    Dijeron los abogados también, que “…la existencia de todo ser humano como tal comienza cuando se reúne su material genético, en la fecundación – concepción, hecho consistente en la unión de un ovocito con un espermatozoide. Allí inicia la existencia de todo ser humano - persona y un proceso original, continuo, irreversible e irrepetible propio de un organismo humano vivo que es sujeto de derecho. Así lo declara también la Academia Nacional de Medicina”
    Tras lo expuesto, son firmes las convicciones que nos impulsan a pedirles a los senadores nacionales por Mendoza, el rechazo sin más del proyecto de ley de IVE. 
    De la misma manera, pedimos que el Senado de la Nación, como parte del Estado, y la Legislatura provincial; legislen para proteger a la madre y al niño por nacer. Para cuidar y respetar a las dos vidas.
    Es nuestra convicción, nuestra sensibilidad de seres humanos, la que nos impulsa a pedir por estos derechos, ya consagrados en nuestra Constitución y nuestras leyes, puestos en peligro ahora por un proyecto de ley que ha subvertido el orden de la vida, transformando a la muerte, en un aberrante “derecho”.