En Mendoza, el sol acompaña casi todos los días del año y hoy no fue la excepción. La propuesta es mostrar una experiencia “accesible”, desde el punto de vista económico principalmente. Es por esto que decidimos utilizar el transporte público y visitar uno de los establecimientos vitivinícolas más tradicionales de Mendoza, la bodega familiar López. Allí nos espera un completo recorrido, para adentrarnos en el espíritu enoturístico de Mendoza, con un costo que no supera los 5 dólares. En el microcentro de la Ciudad, tomamos el Metrotranvía, servicio de transporte público destacado, que diariamente utilizan miles de mendocinos para trasladarse por el centro urbano de la provincia. Gracias a la ubicación estratégica de López, se puede llegar por este medio de forma fácil y económica y estar allí en tan sólo 30 minutos. Descendemos en la última estación del recorrido denominada “Gutiérrez”, a tan sólo 300 metros de la bodega, en el departamento Maipú, cuna del vino y el olivo de Mendoza. Allí se encuentra el centenario establecimiento que funciona desde el año 1898, lo que implica el trabajo sostenido de 4 generaciones en el sector vitivinícola, que con el correr de las décadas fue estableciendo el conocido “Estilo López”. La promesa, cuando el visitante realiza su reserva, es “descubrir el origen de los clásicos de la mesa argentina”, con recorridos con degustación incluida, para conocer la bodega, la champañera, repasar su historia y trayectoria, las distintas formas de cosecha, el proceso de elaboración y mucho más. El establecimiento ofrece además otras experiencias, entre las que se destaca el tour Gran Reserva, una experiencia en la que el visitante puede descubrir todo el proceso de elaboración de los vinos de la carta, con la guía de un sommelier. Por su parte, el Tour Alta Gama, propone una experiencia para descubrir todo el proceso de elaboración de los vinos, también con la guía. Finalmente y como una alternativa relevantes se puede optar por la “Experiencia Blend”, que propone experimentar con cuatro vinos varietales y llevarse su propio vino de autor o la cata y almuerzo “Vertical de Montchenot”, una degustación de lujo de las cosechas del distinguido varietal. La visita puede o no incluir un almuerzo en el restaurante de la firma, “Rincón López”, luminoso espacio con grandes aberturas y terrazas, que ofrecen una vista panorámica hacia la Cordillera de los Andes, la bodega y sus jardines. Un menú gourmet a la carta será acompañado por los clásicos de la bodega, varietales y champagnes. Como si todo esto fuera poco, cabe destacar que cada uno de los recorridos está disponible en español, inglés y en portugués. Sin lugar a dudas esta es una excelente oportunidad para comenzar a navegar el mundo del vino mendocino, en un establecimiento que combina pasado y presente. El futuro lo escribimos juntos.